viernes, 27 de abril de 2012

Preparación a los exámenes DELE



Se acerca la fecha de una nueva convocatoria de los exámenes DELE y para quienes preparamos candidatos, el mes previo a los exámenes supone un periodo intensivo. ¿Pero cuál es el mejor método para preparar el DELE? Como en todo, la fórmula mágica no existe, pero en los años que llevo organizando e impartiendo cursos de preparación al DELE he podido comprobar qué estrategias funcionan mejor.

Aunque pueda parecer evidente, creo que lo más importante es establecer qué nivel tienen los candidatos antes de comenzar la preparación de las pruebas. Me he encontrado con estudiantes que sin haber estudiado nunca español pretenden presentarse al nivel B2 haciendo un curso de dos meses. No digo que sea imposible, pero tal y como concibo un curso de preparación al DELE lo veo complicado. Un curso de este tipo no se parece a un curso de español general. Es decir, supongo que el candidato que quiere prepararse para un determinado nivel ya debería tener las competencias y los conocimientos necesarios para superar el examen de ese nivel; no se trata de adquirirlos en el curso, sino de reforzarlos mediante la práctica de las diferentes taras que conforman el examen. De esta forma, en mis cursos presenciales hacemos hincapié en la práctica de las tareas con modelos de exámenes elaborados por mí y también con los manuales que existen en el mercado destinados a esta finalidad.

Como antiguo alumno y candidato a exámenes similares en otras lenguas, soy consciente de que en estos casos casi es más importante conocer bien la estructura del examen que tus mayores o menores competencias en ese nivel. Conocer y practicar la estructura de las pruebas te ayuda a afrontar el examen con más seguridad y un mayor control del tiempo que necesitas para cada prueba. De poco te sirve tener un gran nivel si nunca has visto cómo es el examen hasta que lo tienes delante y pierdes más tiempo en entenderlo que en realizarlo. Mucha práctica de la estructura y aprender a controlar el tiempo necesario para completar cada prueba son dos elementos esenciales.

Cada candidato es un mundo y tendrá más o menos facilidad para cada prueba. Hasta ahora, a excepción de los alumnos a los que preparo de forma individual y de los que preparo online, los grupos que he preparado han sido casi siempre de italianos y con un nivel bastante homogéneo, por lo que las dificultades eran compartidas por casi todos.

Independientemente de la lengua nativa de los candidatos, por experiencia propia podría afirmar que las dos pruebas que más temen los candidatos parecen ser la de Comprensión Auditiva y la de Expresión e Interacción Orales, posiblemente por la falta de seguridad que nos provoca todo lo que no esté escrito y podamos seguir a nuestro propio ritmo, y mucho más en una situación tan estresante como un examen. Para ayudarles a romper esta barrera, además de practicar las tareas del examen, procuro proporcionar a los estudiantes estrategias y consejos para afrontar cada tarea, así como modelos de los tipos de textos que pueden aparecer en cada parte del examen. El análisis conjunto de estos materiales me ha demostrado que los alumnos consiguen ser conscientes de sus conocimientos y habilidades y se sienten más seguros de cara al examen.

Cuando solo había tres niveles de exámenes DELE (inicial, intermedio y avanzado) la prueba de gramática y vocabulario también solía crear ciertas dificultades a los candidatos. Esta prueba ya no existe en los nuevos exámenes, aunque evidentemente tanto la gramática como el vocabulario están presentes en todas las pruebas del examen. Para trabajar esto, en los cursos presenciales intento incluir actividades que, aunque se salgan del formato del DELE, nos permitan practicar y ampliar el léxico que puede aparecer en el examen y que pueden usar en la pruebas de Expresión e Interacción Escritas y de Expresión e Interacción Orales. Y, en el caso más concreto de la gramática, en cada clase les propongo que escriban en casa un texto como los de la prueba de Expresión e Interacción Escritas. Cuando los corrijo, selecciono los errores que considero más significativos o los que más se repiten y los revisamos juntos al principio de cada clase. En los cursos de preparación al DELE online también trabajo estos aspectos, pero la corrección de errores la hacemos de forma individual en las tutorías semanales por Skype, junto con la práctica de la prueba de Expresión e Interacción Orales. Esto les ayuda a analizar sus producciones y a aprender de los errores que cometen, lo que se traduce en mayor seguridad y confianza.


Además de los materiales de creación propia y de los manuales disponibles en el mercado, en internet también podemos encontrar una gran cantidad de materiales para trabajar la preparación a los DELE. Estos son algunos:

  • En la web del Cervantes podemos descargar o realizar en línea un modelo de examen de cada nivel.


  • Recursos para la preparación del DELE A2 en el tablero de Pinterest Preparación del DELE A2 del Instituto Cervantes de Berlín.




  • Recursos para la preparación del DELE, especialmente de los niveles C1 y C2, en el blog A vueltas con E/LE.


  • En el blog Tuerca de Pino, su autora comparte algunos consejos para preparar el nivel C1 y enlaces a unos recursos que pueden ser muy útiles tanto para este nivel como para el C2.


  • En Todoele, Leonor Quintana compartió en 2012 un material creado por unos alumnos de Grecia para preparar el DELE C2.


  • En el foro de Todoele podéis encontrar más materiales y sugerencias para todos los niveles del DELE.



Si quieres conocer mejor los cursos online de preparación al DELE B1 y B2 que organizo e imparto en la Cámara de Comercio de Málaga, encontrarás toda la información aquí. Pronto estarán disponibles también nuevos cursos para la preparación al examen de los demás niveles.


Y si eres estudiante y estás pensando en presentarte al examen DELE, te invito a leer las claves de nuestros cursos online de preparación al DELE pulsando en la siguiente imagen:





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domingo, 22 de abril de 2012

Crónica del II Encuentro ProfELE Milán 2012 (#IIEPPELEMI12)


El sábado 21 de abril asistí al II Encuentro ProfELE, organizado por las editoriales Edinumen y Sansoni Per La Scuola en la sede del Instituto Cervantes de Milán con la colaboración de la Universidad de La Rioja y la Consejería de Educación española en Italia.

Los encuentros y congresos son una oportunidad excelente para conocer compañeros de profesión, hacer contactos, aprender cosas nuevas y reflexionar sobre nuestro trabajo. Y este ha sido un buen ejemplo de todo ello.

Comenzamos la intensa jornada con la intervención de Gonzalo Hernández Baptista, profesor de español en Turín, que demostró que los tópicos sobre los alumnos adolescentes de institutos no sirven para generalizar. Haciendo gala de una creatividad desbordante, Gonzalo nos presentó una selección de actividades que ha realizado en los últimos años con sus alumnos fuera del horario de clase y que no tienen desperdicio: un blog de fotografía, concursos de arte, el concurso de relatos cortos “Ángel Crespo” con más de 300 participantes provenientes de 20 países, o la “Semana del español” con todo tipo de actividades (cocina, teatro…) y que en 2010 fue galardonada con el premio “Label delle lingue” por la excelencia en la enseñanza. Es cierto que él trabaja en un entorno ideal, en un centro donde los alumnos disponen de 7 horas lectivas de español semanales, algo que está muy lejos de lo que ocurre en la mayoría de centros italianos, que apenas tienen 3 horas semanales. Pero aún así, cabe destacar que todas estas actividades se han realizado fuera del horario lectivo, lo que confirma que quien quiere puede.

La mañana continuó con Diana Genzano y su ponencia sobre la dislexia y la enseñanza de ELE. A priori el tema me parecía interesante, pero acabó siendo bastante complicado de digerir. Mucha teoría sobre la dislexia como síndrome y demasiado científico, al fin y al cabo la ponente está especializada en Farmacia y Bioquímica y para mi gusto tiró demasiado por ese camino, dando pocos recursos y estrategias para trabajar en el aula con alumnos disléxicos. Creo que una intervención casi totalmente práctica habría sido más interesante. No olvidemos que una de las mayores riquezas que ofrecen estos encuentros es precisamente el poder empaparte de recursos que desconoces hasta ahora para su inmediata aplicación en las clases, o al menos es lo que yo espero cuando acudo a estos eventos.

Tras una breve pausa, Liliana Pereira, de InternationalHouse Madrid, nos habló de la enseñanza de ELE para adolescentes en la enseñanza reglada y la dificultad de aplicación del enfoque comunicativo en los institutos, donde hay tantísimos alumnos por clase y los problemas de disciplina pueden complicar mucho la tarea al profesor. Un breve repaso a las competencias comunicativas que el alumno debe desarrollar dio paso a una serie de sabios consejos para motivar a los estudiantes adolescentes. Realmente no contó nada que no supiese ya (parece ser que de algo sí que me sirvió el Máster de Secundaria), pero es un tema que siempre me hace reflexionar y mi reflexión no parte de la base de que los alumnos son unos pasotas y motivarlos es una misión imposible, idea desgraciadamente bastante extendida. Viendo las cosas que he visto en mis escasos años de experiencia docente, de la cual un año fue en un instituto italiano, y habiendo escuchado las cosas que dicen algunos compañeros y la actitud que tienen, sólo puedo decir una cosa: compañeros, reflexionad sobre lo que hacéis; si vuestros alumnos no están motivados puede que no sea porque no les interese vuestra materia o sean unos rebeldes o cualquiera de esos tópicos sobre adolescentes, lo más seguro es que sea porque no sabéis motivarlos. Y valga como ejemplo el profesor de la primera ponencia.

Después de la comida fue el turno de Pilar Pastor, profesora de la Università degli Studi di Trento que nos habló sobre nuevas respuestas a problemas de siempre en la clase de ELE, centrándose especialmente en los usos de los demostrativos en español en contraste con el italiano. Y ojo porque ella habla de respuestas, que no son lo mismo que soluciones. A pesar de que el tema puede parecer algo áspero, el enfoque de la presentación y las dotes comunicativas de Pilar lo han convertido en una de las mejores intervenciones del encuentro. Pilar nos ha hecho reflexionar, y mucho, sobre cómo enseñamos los demostrativos, cómo se presentan en los manuales y la efectividad de esa enseñanza que suele ser breve, muy rápida, en los niveles bajos y dando por hecho que es un tema simple que no necesita más profundización. Pero hemos descubierto que no es así y que su uso depende y varía en función de diferentes factores que influyen en un uso incorrecto por parte de los alumnos.

Cerrando el panel de ponentes tuvimos a Ana Dosal, de Edinumen, que nos habló de la dimensión afectiva en el aprendizaje, de la empatía de profesor, que siempre debe adaptarse a las necesidades e intereses del estudiante. La ponencia más práctica de todas y con una cantidad de recursos espectacular. Solo a través del uso de imágenes que podemos encontrar fácilmente en la red, Ana nos ha presentado todo tipo de actividades para trabajar la dimensión afectiva. No os imagináis el juego que puede dar una simple imagen, un dibujo, una fotografía. Y es que tenemos una gran cantidad de recursos a nuestra disposición pero si no sabemos cómo usarlos, no sirven para nada.

Para terminar el Encuentro, se celebraron tres talleres de forma simultánea, por lo que solo podíamos acudir a uno de ellos. En mi caso me decanté por el taller sobre multilingüismo de Roberta Spelorzi, especialmente interesante para los que trabajamos con alumnos de diferentes nacionalidades juntos en el mismo aula y donde Roberta puso de manifiesto que la L1 del estudiante no debe ser considerada un obstáculo para el profesor que enseña una L2, sino que puede sernos de gran ayuda para facilitar el aprendizaje de nuestros alumnos. Evidentemente no podemos conocer todas las lenguas de nuestros alumnos, pero conocer algunos rasgos característicos de esas lenguas y sus culturas nos será de gran utilidad.
Los otros dos talleres fueron “Los entornos virtuales en la enseñanza/aprendizaje del español” de Giuliana Macedo y “El error en el proceso de enseñanza/aprendizaje, prevención y corrección” de Carmen García-Beamud Lora.

Para finalizar este análisis sobre el Encuentro, me gustaría comentar algunas sugerencias de mejora para futuras ediciones. Sé que esto es algo muy novedoso y que hasta hace poco no era habitual, pero cuando llegué me sorprendió que el Encuentro comenzase sin que nadie mencionase un hashtag para seguirlo en twitter. Otra de las asistentes lo creó personalmente (#IIEPPELEMI12) y hasta la hora de la comida no me enteré y porque tuve la suerte de conocerla. Vale, no es algo imprescindible, pero un evento de estas características, donde además muchas intervenciones abogan por el uso de las nuevas tecnologías, ¿no debería disponer de un hashtag oficial desde el mismo momento en que se abre la inscripción? Y si encima se hace una twitcam para que quienes no hayan podido asistir lo sigan en vídeo entonces ya rizamos el rizo. Esto aumenta la presencia en la red y la difusión del Encuentro y su utilidad es indiscutible. Lástima que sólo tres personas lo hayamos seguido.

Otro aspecto a mejorar es la distribución de los materiales de las editoriales. Hubo gente que arrasó (literalmente) con todo lo que pudo y no dejó casi nada para los demás. A todos nos encanta que nos regalen libros, pero hay que ser un poquito comedidos. Quizás habría sido mejor que los representantes de las editoriales hubiesen repartido personalmente los libros a quienes se fueran acercando y controlando que cada uno cogiese no más de un determinado número. Aquello parecía el Corte Inglés el primer día de rebajas.

Al margen de estas dos cuestiones y algunos problemillas técnicos que son de lo más normal, el II Encuentro ProfELE ha sido un gran éxito, la calidad de las ponencias y los ponentes han estado a la altura de lo que se espera de un evento de estas características y me quedo con la satisfacción de haber cumplido mis expectativas y de haber pasado una jornada muy productiva en compañía de colegas de todo el norte de Italia.


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jueves, 19 de abril de 2012

El rincón en Facebook

"El rincón del profesor de ELE" está a partir de hoy también en Facebook

Durante mucho tiempo he recopilado y compartido en mi perfil personal de Facebook gran cantidad de recursos relacionados con la enseñanza de lenguas y, más concretamente, del español como lengua extranjera

Creo que ha llegado el momento de expandirse y que toda esa información no se limite únicamente a mi círculo personal de contactos, permitiendo que cualquier usuario de Facebook interesado en estos temas pueda acceder a estos contenidos, mucho más amplios y de una forma más dinámica que lo que puede ofrecer el uso del blog.

¿A qué esperas para hacer "me gusta" en "El rincón"?


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Google+ y sus aplicaciones didácticas 

domingo, 15 de abril de 2012

Profesiones eufemísticas


Acabo de regresar de mis vacaciones, en las que he aprovechado para volver a mi Málaga natal. En cuanto llegué a mi casa española me encontré con una carta del Instituto de Estadística de la Junta de Andalucía que me dio que pensar. Resulta que hablaba sobre mi inclusión en no sé qué archivo de agentes estadísticos. Necesité unos cuantos minutos para darme cuenta de que se refería al periodo en que trabajé como encuestador para la Junta, porque era eso lo que hacía, encuestas, aunque el nombre eufemístico de la profesión no lo deje muy claro.

Este episodio me ha hecho reflexionar, más allá del uso de los eufemismos en todos los ámbitos de nuestra vida –por cierto os recomiendo este artículo de Joan Busquet sobre este tema– en su uso en el ámbito de las profesiones y en cómo enseñamos los nombres de las profesiones a nuestros alumnos y cuándo lo hacemos.

Siguiendo el MCER y el Plan Curricular del Cervantes, así como los manuales adaptados a estos documentos, solemos trabajar con las profesiones en el nivel A1, evidentemente con los nombres clásicos y simples, por decirlo de alguna forma. Si volvemos al ejemplo anterior, si tuviéramos que enseñar a un alumno de ese nivel cómo se llama la persona que trabaja haciendo encuestas, seguramente le diremos que se llama encuestador, y no agente estadístico. Al igual que al auxiliar de vuelo lo llamamos azafato o al auxiliar de enfermería de toda la vida ha sido el enfermero a secas.

¿Por qué no trabajar con estas otras denominaciones en niveles superiores? Por ejemplo, haciendo que los alumnos se inventen nuevos nombres para las profesiones que ya conocen, tomando como referencia el auxiliar de o el agente de. Puede ser una buena actividad para repasar el vocabulario que ya conocen y trabajar la creatividad dando rienda suelta a la imaginación. Seguro que salen a la luz cosas muy curiosas y divertidas.


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