jueves, 24 de septiembre de 2015

Sobre las clases privadas



Hace ya un año que comencé a trabajar por las tardes en Oléolé Spanish School (Centro de CulturaAsiática de Málaga), trabajo que compagino con otros proyectos y donde la mayoría de las clases que imparto son privadas.

Hace unos días, una compañera me pidió algunos consejos para unas clases privadas. En ese momento la verdad es que no supe muy bien qué responderle, ya que hasta ahora no me había parado a analizar las diferencias entre mis clases privadas y mis clases en grupo. Así que me he decidido a escribir esta entrada sobre este tipo de clases.

Por supuesto, y como siempre he hecho en este blog, voy a hablar de y desde mi propia experiencia que, evidentemente, puede ser muy diferente de la de otros compañeros.




Perfil de los alumnos

El perfil de mis estudiantes es muy específico y eso ya condiciona muchos aspectos de los cursos. Se trata de extranjeros que residen en Málaga por trabajo, su empresa les ofrece la posibilidad de estudiar español y no lo hacen por motivos laborales, ya que en su trabajo no necesitan hablar español. Además, las clases se imparten en su propia oficina de trabajo.





Necesidades de los alumnos

A pesar de contar con un perfil de estudiantes que, a priori, parece bastante homogéneo, los objetivos y motivaciones de cada uno son muy dispares. Algunos estudian español porque quieren aprovechar al máximo su estancia en España, otros ya hablan español pero quieren reforzar sus conocimientos o presentarse a algún examen oficial y otros se apuntan a las clases simplemente porque su empresa se las paga. Pero hasta ahora, la mayoría de los estudiantes con los que he trabajado tienen un factor común: quieren clases privadas y adaptadas a sus necesidades. Necesidades que son igualmente diversas: hay estudiantes que ya tienen conocimientos de español y que solo quieren estudiar gramática o practicar conversación, pero también los hay que estudian por primera vez y desean poder comunicarse mínimamente durante el tiempo que vivan en España.





Metodología

Evidentemente, no podemos enfocar una clase privada de la misma forma que las clases en grupo. Sin embargo, la gran mayoría de las tareas que planteamos en una clase en grupo se pueden llevar perfectamente a una clase privada modificando y adaptando ciertas dinámicas. Esto, claro está, si entra dentro de las necesidades de nuestros estudiantes. Porque si tenemos un estudiante (y tengo más de uno) que solo quiere estudiar gramática y realizar ejercicios estructurales, de poco sirve que le intentemos convencer de las bondades del método comunicativo o del enfoque por tareas. Si el alumno tiene claro lo que quiere, en un curso privado la metodología la “impone” él y tenemos que saber adaptarnos a cada estudiante.





Organización

Esa adaptación metodológica requiere un trabajo previo. En mi caso, la escuela me remite el test de nivel del estudiante, así como algunas consideraciones sobre qué quiere hacer durante el curso. Aunque con esa información ya me hago una idea del nivel aproximado que tiene, en nuestro primer encuentro lo confirmo evaluando la expresión e interacción oral y revisando juntos el test escrito. Aprovecho esta entrevista para conocer sus objetivos y necesidades y, en función de todo esto, preparo un programa del curso.


Llegados a este punto, comienza el trabajo de planificación de los contenidos del curso, creando mis propios materiales, adaptando los que ya tengo o encuentro en internet o siguiendo algún manual que complemento con otros materiales. Como he dicho, todo depende de los objetivos y las necesidades de cada estudiante.




Desarrollo de las clases

A partir de aquí es cuando he experimentado más diferencias entre las clases privadas y las clases en grupo. El ritmo de la clase depende de una única persona, por lo que me resulta más complicado organizar un plan de clase que pueda cumplir al 100%, ya que hasta que no conozco bien al alumno me cuesta controlar cuánto tiempo nos va a llevar cada tarea que planteo en las clases. Lo bueno es que los contenidos que no vemos en una clase puedo reprogramarlos para la siguiente, algo más complejo en las clases en grupo que he tenido en los centros donde he trabajado hasta ahora, ya que en esos casos podía perjudicar a otros alumnos que pudieran faltar a una clase determinada o pisarle la clase al profesor con el que compartiera el grupo. En una clase privada todo depende de ti y del alumno, por lo que hay mucha más flexibilidad a la hora de programar y ver los contenidos.


Esta dificultad para controlar el tiempo se debe también a que en estas clases dejo al estudiante el tiempo que necesite para pensar y realizar las tareas, nos detenemos en resolver y aclarar las dudas que surgen… La experiencia me ha demostrado que todo lo que no podemos prever en una clase se multiplica en una clase privada, ya que en las clases en grupo los estudiantes se suelen cohibir más a la hora de preguntar dudas y el profesor puede controlar mejor el ritmo de la clase, pero es más difícil atender adecuadamente las necesidades de todos los estudiantes.




Trabajo en casa

Las clases privadas son el escenario perfecto para poner en práctica la flipped classroom o clase invertida, proporcionando a nuestros alumnos con antelación el material para trabajar en casa y aprovechando las clases para practicar los contenidos y resolver dudas. Pero si preferís un método más tradicional, los deberes de toda la vida también tienen cabida aquí. Algunos de mis alumnos me piden después de cada clase actividades para trabajar los contenidos que hemos visto y que corregimos en la siguiente clase, y otros prefieren trabajar solo en clase.





Relación profesor-alumno

Si en las clases en grupo es muy importante crear un buen ambiente de trabajo, en las clases privadas creo que lo es mucho más. Evidentemente, no conectamos bien con todos nuestros estudiantes al igual que no lo hacemos con todas las personas con las que interactuamos en algún momento de nuestras vidas. En las clases en grupo esto es más fácil de solventar, pero en las clases privadas nuestro nivel de empatía debe ser máximo.

En mi caso, mis cursos privados duran meses. Esto supone muchas horas de clases para conocernos mejor y forjar una mejor relación profesor-alumno, lo que se traduce también en una mejor comunicación que ayuda a los alumnos a expresar mejor su feedback de las clases.



¿Impartís clases privadas? ¿Qué otras consideraciones tenéis en cuenta o añadiríais a las que menciono en esta entrada?





Crédito foto: photl.com




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