
Por normal general, solemos emplear los términos originales en inglés (anglicismos duros) que, con el paso del tiempo, acaban adaptándose a la fonética y la prosodia del español (anglicismos), a pesar de que la RAE se empeñe a veces en crear términos que después nadie utiliza. Valga como ejemplo ciberpágina para designar a las páginas web.
Esto suele sorprender y gustar por igual a los estudiantes de español, que de pronto ven ampliado su vocabulario con términos que son iguales al inglés y, en muchos casos, a los de su lengua materna, aunque sólo sea en este ámbito.
Es una buena forma de introducir en clase las nuevas tecnologías mostrándoles que el vocabulario básico ya lo conocen, lo que supone ya una buena motivación para empezar a ir más allá y poner en práctica todas las posibilidades que nos ofrecen para el aula las nuevas tecnologías.
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