viernes, 18 de marzo de 2016

¿Según convenio? No, gracias



Me preocupa mucho el grado de conformismo al que ha llegado la sociedad española con respecto a su situación laboral. En España muchos se quejan, pero pocos actúan.

Los acontecimientos que hemos vivido en Málaga en las últimas semanas con la huelga de Limasa, la empresa que se encarga de la limpieza y la recogida de basuras en la ciudad, y los comentarios que he escuchado y he leído sobre este tema me han hecho reflexionar muchísimo sobre nuestros derechos laborales en la actualidad.

Como ya lamenté hace unos años en otra entrada, nuestra profesión en España se rige por un penoso convenio de enseñanza no reglada que es un auténtico atentado a nuestra dignidad profesional.

Como tantos otros compañeros de profesión, desde que comencé he tragado con muchas cosas que ahora me parecen inaceptables porque también pensaba que era mejor ganar poco y hacer algo que me gusta a no ganar nada o desempeñar un trabajo que no me apasione, que al menos estaba adquiriendo experiencia y mejorando mi currículum. Pero van pasando los años y te ves eternamente pluriempleado y sin llegar nunca a un sueldo mínimo que te permita vivir dignamente, encadenando contratos temporales, sin vacaciones remuneradas, sin atisbos de ningún tipo de mejora, perdiendo poco a poco la motivación y planteándote seriamente dedicarte a otra cosa.

Así, hace tiempo que entré en una profunda crisis que me ha llevado hasta mi posición actual, la de la defensa absoluta de mi dignidad profesional. Tengo clarísimo que mi formación, mi experiencia y mi tiempo valen mucho más de lo que estipula nuestro convenio, por eso tomé la decisión de no aceptar ni un solo trabajo más donde se pague el salario mínimo por hora según convenio.
Ahora me encuentro librando una batalla personal por la mejora de mis condiciones laborales. Si, al menos, todos diéramos el paso que yo he dado, podríamos cambiar muchas cosas. Y no digamos si por una vez en la vida perdiéramos el miedo a luchar juntos por nuestros derechos y nuestra dignidad, como profesionales pero sobre todo, como personas.


photo credit | pexels

ENTRADAS RELACIONADAS:
¿Y los profesores qué?